Las empleadas del hogar son un sector informal que permite la subsistencia de mujeres en situación precaria pero que también hace posible que muchas mujeres puedan desarrollar su actividad profesional. En tiempos de COVID-19 se evidenció la desprotección laboral y legal de las trabajadoras domésticas y la enorme dependencia de muchas mujeres hacía estas empleadas por lo general, subestimadas.
El cambio de humor, las peleas de pareja, los problemas con los hijos, la incertidumbre económica generaron estrés, angustia, ansiedad, e incluso ataques de pánico. Además de la salud física, saltaron las alarmas de atención sobre la salud mental. Estas sensaciones colectivas ayudarán a no estigmatizar la atención psicológica y psiquiátrica
La diabetes, hipertensión y obesidad son las comorbilidades más presentes entre los pacientes de COVID-19.