Para la población urbana, el boom de las plantas de interior y los huertos de traspatio simbolizan la necesidad de espacios verdes, de aire puro y de buscar experiencias de contacto y reconciliación con la naturaleza.
Aliviar la sensación de encierro por medio de pequeños gestos verdes para adecuar los espacios privados, genera conciencia sobre la importancia del cuidado y la conservación del ecosistema, pero también ayuda a disminuir el estrés y la carga emocional gracias a la acción terapéutica de la jardinería y el cuidado de las plantas.
Espacios públicos como parques y jardines se revaloran como lugares añorados durante los meses de encierro y semiencierro. Estos “Refugios Urbanos” serán escenario de la democratización de los espacios al aire libre como lugares de esparcimiento colectivo en donde se pueden establecer distancias físicas.
Hay una nueva ola de movilidad hacia ciudades menos congestionadas por parte de los capitalinos. Si antes buscaban estados o ciudades más seguras y libres de violencia, ahora se buscan espacios abiertos, acceso a la naturaleza y aire puro. Esto traerá como consecuencia una revaloración a nivel nacional de los bienes inmuebles.