Ante la incertidumbre de cuando realmente acabará la amenaza Covid-19, el gremio hotelero tendrá que adecuarse a cada uno de los escenarios que se presenten por medio de medidas de choque para paliar los riesgos y de planes a largo plazo para recuperarla industria.
La idea de viajar ha cambiado de explorar, conocer y descansar a la búsqueda de “terceros espacios” en donde se pueda combinar el trabajo, la huída de la rutina y la conciliación de rutinas familiares.
El principal reclamo para volver a viajar será la seguridad tanto del entorno como del establecimiento, lo que obligará a crear sinergias con autoridades locales, población y comercios. Se privilegiará la elección de lugares saludables y con garantías de confianza y protección.
Es probable que los viajeros estén dispuestos a sacrificar los precios económicos que se obtenían con tarifas sin reembolso por cancelación en aras de una flexibilidad para efectuar cancelaciones y cambios de última hora. El área de competitividad se centraría en las mejores ofertas flexibles y con características como el reembolso, el cambio de fechas de viaje o el cambio de destino.