El retorno a un nuevo escenario se nutre de la vida cotidiana que conocíamos hasta antes de la pandemia y del modelo de vida que se generó en la era Covid. La implementación de nuevas rutinas en las compras, la gestión del tiempo y la percepción del espacio traerán consigo cambios que intenten conciliar ambos modelos privilegiando la seguridad pero también la eficiencia y el desarrollo económico y social.

Los cambios acelerados implicaron inversión en capacitación e insumos que tendrán que ser rentables post-covid, estos cambios tendrán que replantearse en el nuevo escenario educativo, económico y productivo haciendo evaluaciones sobre los procesos y las maneras de “hibridar” de forma eficiente.

Antes de la pandemia se empezaba a experimentar un continuo entre lo digital y lo presencial. La división entre online y offline cada vez será solamente una nomenclatura de referencia toda vez que somos capaces de habitarlos dos espacios simultáneamente de forma natural.

La brecha digital tendrá que ser subsanada para poder incorporar a todos aquellos que se han quedado fuera. Eliminar esta brecha digital debe ir acompañada de un acceso más equitativo a los bienes y servicios.