La pérdida de seres queridos o de conocidos, el aislamiento, el bombardeo de noticias en redes sociales, el cambio en las condiciones laborales, la melancolía y la incertidumbre han sumido a muchos en una profunda reflexión sobre su vida y expectativas y los obliga a replantearse metas.
La palabra “reinventarse” se escucha mucho tanto en el ámbito laboral como en el personal. Los escenarios de la nueva normalidad requieren importantes adaptaciones que van desde las habilidades técnicas y las oportunidades de negocios hasta el fortalecimiento de la salud y el bienestar personal.
La industria del bienestar (wellness), fue desplazada por la adquisición de bienes y servicios primarios que permitieron sobrellevar la primera etapa de la pandemia, sin embargo en la “nueva normalidad” el trabajo espiritual, la conexión con la naturaleza y la desconexión momentánea y voluntaria de la tecnología son importantes para el bienestar personal y la salud.
Será primordial ofrecer alternativas de descanso y bienestar físico, emocional y mental a aquellos que se mantuvieron en primera línea contra la pandemia como el personal de salud, pero también a quienes procuraron cuidados a enfermos, adultos mayores y niños, a quienes padecieron Covid-19 y a quienes han sufrido ansiedad, estrés o depresión.